Agosto 10, 2023
Empecemos con un poquito de historia, soy de Pachuca Hidalgo pero la familia de mi papá es de un pueblito cerca de Jalapa, Veracruz.
La cocina de mi abuela paterna era la clásica cocina tradicional mexicana, se encontraba fuera de la casa ya que aún se utilizaba leña para el fuego, el comal de las tortillas era de barro y las cazuelas también.
Se hacían las tortillas a mano, había un huertito pequeño y mi abuelita criaba pollos y guajolotes en diciembre. En el pueblito hay molinos para el nixtamal y el pan dulce se horneaba también en hornos de leña.
En la cocina de mi abuela siempre se estaba cocinando algo, algún guisado, alguna salsa, estaba llena de olores y siempre era reconfortante probar lo que se estuviera preparando en el momento. Mi abuelita compartía con sus hijos las recetas con la intención de que no se perdieran, aún cuando muchas de ellas podían llegar a tomar días en el proceso.
La cocina mexicana
La cocina mexicana es considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, su riqueza viene desde los ingredientes prehispánicos que a la fecha aún se cosechan, y la herencia de las familias que por generaciones han compartido los procesos, las recetas y han mantenido viva la gastronomía mexicana.
Los momentos en la cocina mexicana siempre han sido mágicos, mientras ayudabas a picar, amasar, calentar o a veces si aún eras pequeño solo te quedabas a observar cómo se preparaba todo. Los aromas y las horas que tomaba preparar un solo platillo. Hoy en día, con el ritmo de vida que llevamos, no es tan sencillo pasar tanto tiempo en la cocina como lo hacían las generaciones pasadas.
Es por esto que la próxima vez que visites Hotel Xcaret México, te invitamos a darte una vuelta por el Mercado de Merced, donde estamos seguros de que encontrarás algunos de esos platillos que se preparaban en las casas de nuestras generaciones pasadas.
El Mercado de la Merced
Este restaurante buffet del hotel, toma su inspiración de los mercados tradicionales mexicanos, desde la decoración, las estaciones, y la sazón de los mercados, con sus puestitos y algarabía.
Lo que más me encantó del Mercado es lo mucho que me hizo recordar a esos momentos que compartíamos en familia, esos días en los que vi a mi abuelita preparar tortillas, mis tías reunidas haciendo los tamales, o la familia entera sentada a la mesa compartiendo un mole de olla.
Un platillo típico característico del centro del país, cuyo origen data incluso de la época de la colonia, y fue el resultado de un mestizaje gastronómico de dicha época. ¿A quién no le tocó entrar a la cocina mientras se cocinaba y que el olor te abriera un huequito en el estómago?
O la pancita, un platillo que realmente llegó con la conquista y poco a poco fue se convirtió en una tradición para una celebración familiar o en un domingo de resaca. Un buen plato de pancita y como dice el dicho; “barriga llena, corazón contento”.
Y como todo mercado, las quesadillas no pueden faltar, por supuesto con una gran variedad de guisados a elegir. Como la tinga de pollo, un clásico de los hogares mexicanos que fue documentado por primera vez en 1881 en el libro de La Cocinera Poblana y también es producto del mestizaje en la cocina, donde se muestra el chile como ese eje que caracteriza nuestra gastronomía. Dependiendo de la zona del país donde se prepare, esta receta la puedes encontrar con res, cerdo e incluso ya existen versiones vegetarianas.
También encontraremos las quesadillas preparadas con el llamado Dios negro de la cocina mexicana o trufa mexicana, el huitlacoche. Aunque no siempre fue visto de esta manera, ya que en la época prehispánica era considerado más como una plaga, y posteriormente durante la colonia, indígenas y campesinos lo convirtieron en su sustento. ¿Sabías que México es el único lugar en el mundo donde este hongo que le sale al maíz se come?
Un par más platillos que te harán recordar esas reuniones familiares son el cerdo en salsa verde y las papas con chorizo. Definitivamente tienes que probar por lo menos un par de quesadillas con estos guisados ya que, además, las tortillas se preparan a mano y el comal se encuentra en medio del restaurante para que puedas elegir, qué se te antoja más y te lleves tus quesadillas recién hechas.
Y si hablamos de platillos que recordemos en familia, no nos podemos olvidar de los tradicionales tamales y el atole. Incluso nos reunimos a disfrutarlos en la fiesta de la Candelaria, el día 2 de febrero. ¿A quién no le toco ayudar a elegir las hojas para los tamales, o ayudar con la masa, rellenar los tamales o incluso elegir los guisados?
Este platillo se remonta a la época prehispánica, sin embargo, de la misma manera que algunos de los platillos anteriores, la receta fue cambiando después de la conquista e integrando los ingredientes que llegaron del viejo mundo, hasta crear algunas de las recetas que conocemos actualmente.
Existe una gran diversidad de recetas, desde la hoja con la que se envuelven hasta la manera de cocinarlos, sin embargo, en el Mercado de la Merced encontrarás las recetas más clásicas que conocemos. Y lo más delicioso es que podrás acompañarlo con una tacita de atole. ¿ustedes cuáles prefieren dulces o salados?
Por último, pero no menos importante tienes que probar el pan dulce. Claro yo sé que no necesariamente se preparaba en casa, sin embargo, era algo que no podía faltar probablemente ni en el desayuno ni en la cena.
La historia del pan mexicano también tiene sus orígenes con la época de la conquista y la llegada del trigo al nuevo mundo. La influencia francesa también tuvo mucho que ver en la creación de algunas de las piezas de pan que hoy consideramos como las más antiguas, como es el caso de las clásicas orejitas, las conchas, las banderillas, entre otras.
Lo bueno es que en esta ocasión no habrá peleas por la última pieza, ni tampoco tendrán que salir corriendo para alcanzar el pan recién hecho.
Espero te des una vuelta y me cuentas ¿cuál fue el platillo que más te recordó a esos momentos en familia?
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