¿Por qué siempre quiero volver a Xcaret?

Un sentimiento especial que me hace regresar

Siempre con alegría, siempre con asombro

A lo largo de la vida solemos estar en diferentes lugares; algunos pasan más desapercibidos que otros, mientras que unos dejan una huella en nuestro ser. Más que una marca, a veces parecería que hay una mágica conexión con ese sitio… No sabemos el por qué, sólo sabemos que la felicidad nos invade cuando estamos ahí. En las siguientes líneas te voy a contar por qué siempre quiero volver a Xcaret y cómo se convirtió en ese pedacito especial.

Un lugar que me marcó desde el principio

Recuerdo muy bien mi primera visita, hace más o menos 10 años. Xcaret es un lugar donde la magia empieza incluso antes de entrar al parque. Así lo confirmaban las bromas y comentarios de mi tío, quien nos guió en aquella primera aventura. Sus palabras, lejos de arruinarme la sorpresa, aumentaban una expectativa que ya cargaba desde varios días atrás.

La emoción se confirmó tras caminar los primeros metros mientras veía con asombro las instalaciones y algunos animales. Desde ese momento sentí que en Xcaret la alegría se respiraba en el aire. El regocijo aumentó tras comenzar las primeras actividades sabiendo que lo que me esperaba ese día iba a ser increíble.

Desde los ríos subterráneos hasta el Pueblo Prehispánico, el parque fue grabando poco a poco invaluables recuerdos en mí. En el camino me encontré inmerso en una especial mezcla de naturaleza, bellos paisajes, coloridos animales, deliciosa comida y majestuosa cultura. Desde entonces he visitado Xcaret muchas veces, tantas que ya he perdido la cuenta. Sin embargo, mi asombro y afecto por el parque se mantienen tan intactos como antes.

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Orgullo por mis tradiciones

Poco antes de que el sol se comience a esconder, las tradiciones de nuestro bello país comienzan a adueñarse del parque. Así lo puedes apreciar al ver los distintos espectáculos que preparaban el terreno para cerrar con un broche de oro llamado México Espectacular. Aquellas dos horas significan para mí un encuentro muy cercano y único con las raíces de mi país. Algo que me llena de orgullo y me hace uno que otro nudo en la garganta.

Este espectáculo trasciende lo que he visto anteriormente. Mientras estoy sentado en ese impactante teatro recuerdo algunas canciones tradicionales que mi abuela canta, algunas memorias del pasado reviven y mi mente se traslada a otros lugares de México. La verdad es que este tema se merece un artículo aparte, lo único que te puedo decir es que al final de la noche sólo quiero gritar -¡Viva México!- a todo pulmón.

Rincones para gozar

Xcaret es un lugar extenso y que esconde lugares muy especiales que te harán sentir distintas emociones. En mi caso, la mayoría me atrapan con su belleza natural; otros me llenan de paz y en algunos más encuentro el lugar perfecto para estar con mis seres queridos. Son sitios que, después de tantos años y visitas, siento que son míos, aunque sea por unos minutitos. 

Son rincones con una magia especial; una magia que me atrae y me llama a volver. Sé muy bien que en la Riviera Maya hay muchas otras maravillas, pero también sé que en Xcaret puedo dejar mis preocupaciones a un lado, gozar la vida y dejarme llevar por esa vibra especial que sólo tiene este lugar.

Xcaret es para compartir

El parque es un sitio que se disfruta mejor acompañado. Durante este tiempo he ido con familiares, buenos amigos, mi pareja e, incluso, con algunas personas a las que tenía muy poco tiempo de conocer. Me dan ganas de volver a Xcaret simplemente porque confío en él. Confío en las personas que día a día le dan vida y confío en que mis acompañantes vivirán una experiencia increíble que les marcará una sonrisa al final del día.

Xcaret es, como dije anteriormente, la base perfecta para crear buenos recuerdos, pero también es el lugar ideal para compartir mi país, cultura y tradiciones. Aquí he encontrado el lugar ideal para mostrar y explicar a mis amigos extranjeros lo maravilloso y rico que es México; lo espectacular que es mi México.

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Recientemente la vida me ha llevado a otros lugares; ahora no me es tan fácil visitar el parque. Sin embargo, sé que volveré varias veces; sé que iré lleno de alegría y que Xcaret estará ahí para mí, con los brazos abiertos como la primera vez.

Ahora cuéntame tú, ¿cómo fue tu primera vez en el parque? ¿Qué ha sido lo que más te ha gustado y qué te motiva para volver a Xcaret?